Nueva Vida

Por: Javi Jiménez

En la vida hay muchos caminos por elegir, la decisión es difícil, pero aún así me siento orgullosa del camino que escogí. Lo nuestro con Harry habría sido un fracaso, pues fue cuando lo vi por primera vez que me enamoré de él. Yo tan solo era una niña, el iba a segundo, y yo comenzaba este año a estudiar magia. Fue el verano después de que yo acabase 4º curso, cuando los dos nos dimos cuenta de que lo nuestro no era posible. Harry siempre estaba ocupado, con misiones de Dumbledore y yo no podía acompañarle, así que lo hablemos y nos pusimos de acuerdo, el seguiría su vida, y yo la mía. Además después de que mi hermano nos pillase, nada volvería a ser lo mismo.

Tras pensarlo mucho decidí casarme con Neville, él aceptó, y hoy nos casamos.

Hace mucho tiempo que no veo a Harry, no se si está casado, ni si quiera se si sigue en el país, puede ser que algún equipo de Quidditch le haya contratado para buscador. Pensé en escribirle pero tampoco tengo su dirección de correo electrónico. Ron tampoco sabe donde está, solamente le envía cartas diciendo que está bien y que pronto nos volveremos a ver. Para Harry un “pronto” puede ser años, pues esa carta es del año pasado y todavía lo estamos esperando.

-¡Mamá! Grito Ron despertando a todos.

– Y ahora que Ron!?

– ¡Nos hemos dormido! Ginny vendrá en unas horas.

– Oh dios mio, vamos tenemos que prepararlo todo muy bien, rápido. En la voz de la señora Weasly se notaba el nerviosismo y el cansancio de no poder dormir esa noche.

Ron recorrió toda la casa despertando a cada uno de sus hermanos y repartiendoles tareas. La señora Weasly junto a Ron decoraron el salón, mientras los gemelos barrían el jardín. Al cabo de dos horas, todo estaba montado y preparado para recibir a los novios.

Primero llegaron sus familiares, más tarde sus amigos y por último los músicos. Dentro de un rato llegó Neville, vestido con un traje negro y un sombrero de mago, y a su lado su abuela con el sombrero rojo de águila disecada, un vestido azul llamativo y su bolso de piel verde.

La banda comenzó a tocar y eso sólo significaba una cosa, la novia había llegado.

Todos aplaudieron al entrar la novia. Ginny iba vestida con un vestido rojo brillante con perlas que resaltaba entre los invitados.

Tras el “Sí Quiero” los músicos volvieron a tocar y empezaron a abrir los regalos.

Pero a Ginny le faltaba uno, Harry.

Después de comer la tarta, llegó una carta dirigida a Ginny. Empezó a leerla en voz alta:

Queridos Amigos

Siento mucho no poder estar con vosotros en este día, os doy mis felicitaciones, y mi regalo. Tan solo tenéis que seguir a Hedwig.

Harry

Intrigados, hicieron caso a la explicación de la carta. Hedwig les condujo hasta unas calles mas allá de donde vivían los tíos de Harry. Al principio no se lo creían, se miraron con asombro, y entraron en la casa, su nueva casa.

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