Ensayo: «Memorias de un Pottérico Agonizante»

Cuando se apaguen las luces, y comience el Openning de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2, iniciará el fin de la saga que durante más de una década nos ha mantenido al tanto de todo lo que acontece con los magos y brujas que estudian en Hogwarts, y el mundo que permanece como subtrama en los libros de JK Rowling.

Estas son mis memorias, las de un pottérico común que envidia a los que más saben, y trata de convertir a los incrédulos en pottermaníacos en el otoño de su edad de fan.

Nací un día de diciembre de 1990, tres años habían pasado desde el momento afortunado en que Harry Potter libró su combate final. Diez años exactamente después, llegó hasta mí un libro de tapa brillosa, con un gracioso dibujo en la portada, que me invitó a la lectura de algo mágico y novedoso: Harry Potter y la piedra filosofal.

Hilarante, envolvente, sin dudas lo mejor que había leído a mis diez años de edad, el libro de JK Rowling invitaba a encontrar la saga a como diera lugar. Así, leí primero La Piedra, luego El Cáliz, más tarde El Prisionero y para cerrar con broche de oro El Misterio del Príncipe, La Orden y Las Reliquias. Un total desorden que me cambió la vida, y me llenó la necesidad de perseguir insistentemente noticias, cortos, videos y cuanto chisme apareciera del tema.

Hoy, a pocos días de terminar, me pregunto: ¿y después de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Parte Dos, QUÉ? ¿Qué será de mí, un pobre pottérico al que ninguna otra saga complace? ¿Qué será de tantos que, como yo, releen los libros de Rowling y esperan el estreno del último filme?

No lo sé. Una situación similar ocurrió en 2007 cuando leí el último libro; pero la esperanza latente de los filmes me ha mantenido “con vida” hasta hoy, cuando se hace más inminente el fin.

Realmente, Las Reliquias en su segunda entrega se perfila como lo mejor de la saga. La música de Alexandre Desplat, me parece, será inspiradora, épica… Los efectos especiales que hasta ahora los trailers han podido traer a nosotros me dejan boquiabierto, y las actuaciones, cada vez mejores de Dan, Emma y Rupert (casi me parecen amigos de la infancia, porque lo fueron) cerrarán la saga con broche de oro —también las del resto de los actores, claro— unidas a unas iniciativas de David Yates, Steve Kloves y los productores, a los que se unió Rowling.

Espero con ansias ver de qué ingeniosa manera será el inicio de la película. Me hago preguntas que parecen tontas como “¿cómo saldrá el logo de Warner? ¿qué pasará antes de la aparición del título? ¿qué sorpresa traerá ese anunciado combate Harry vs Voldemort y el lanzamiento de ambos al vacío?”

Tanta es mi agonía que me he lanzado a crear una red social pottérica: http://terrenosdehogwarts.spruz.com para mitigar la pena y el dolor.

Por ahora, Pottermore se revela como una nueva esperanza de recomenzar, y ojalá lo logre. Solo espero que las lágrimas no salten a mis mejillas, y la caricia triste de los créditos de la última entrega de Harry Potter no pongan fin a la saga que me ha mantenido vivo por más de una década. De todo corazón.

Como decía una nota que leí hace unos días: “Termina la saga; pero la marca Harry Potter sigue viva”.

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Estudio periodismo en la Universidad de La Habana, escribo novelas y trabajo como periodista en CMBF Radio Musical Nacional. Potterhead!

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