Serie de Harry Potter 190/199: ‘El otro espejo’

Capítulo 28: El otro espejoY llegamos al capitulo número 190 de nuestra publicación diaria y cronológica en la cual durante 198 días estaremos compartiendo nuestras sorpresas, anécdotas y opiniones acerca de cada uno de los capítulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el Epilogo. El día de hoy es el turno para el capitulo número 190 de la Saga de Harry Potter.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
Capítulo 28: El otro espejo

Harry, Ron y Hermione aparecieron en Hogsmeade y un grito se escuchó por todos lados. Harry supo enseguida que lo había desencadenado su aparición. Una docena de mortifagos salieron de las tres escobas, intentaron atraer la capa, pero esta no se movió. Los mortifagos llamaron a los dementores, por lo que Harry tubo que utilizar su patronus para alejarlos, pero al hacerlo reveló su posición y que era él quien se habia aparecido, ya que los mortifagos sabían que su patronus era un ciervo. Los mortifagos se acercaban a donde estaban, una puerta se abrió junto a ellos y les dijo que entraran, los muchachos no lo dudaron un segundo y entraron como un rayo. Harry se dio cuenta que estaban en cabeza de puerco, subieron las escaleras y, sin quitarse la capa, se acercaron a una ventana a observar lo que ocurría afuera.

Una figura encapuchada decía que habia utilizado su patronus para ahuyentar a los dementores y que no era un ciervo, conjuro su patronus de donde salió una enorme cabra. Habia sacado a su gato y por eso se habia roto el toque de queda. Los mortifagos le advirtieron que no volviera a violar el toque de queda o no serian tan indulgentes. Harry cerró la cortina y se quitó la capa. Oyeron como el camarero cerraba la puerta y subía. Harry pudo ver un pequeño espejo rectangular bajo el retrato de una niña. Cuando el camarero entró le dijo que habia sido una locura ir allí. Harry le agradeció y se acercó para verlo, tras los sucios cristales lucia unos intensos ojos azules. Harry supo que el habia mandado a Dobby a salvarlos y el camarero sintió pena al saber que Dobby habia muerto, porque le caía bien.

Harry lo reconoció como Abeforth. Ron pensó que el habia mandado a la cierva, pero Abeforth dijo que, como ya habia visto, su patronus era un ciervo. Les trajo un poco de comida y les dijo que tenían que idear un plan para sacarlos de ahí, pero Harry dijo que tenían que entrar a Hogwarts, que su hermano Albus les había dejado un trabajo. Abeforth trato de convencerlo de escapar y salvarse, que seguramente la misión que les había dejado Albus no era fácil, bonita y segura. Harry dijo que no era fácil, pero tenía que hacerlo y no podía irse y salvarse. Abeforth dijo que ya no pertenecía a la orden del fénix, que ustedes-saben-quien había ganado. Harry siguió diciendo que debía hacerlo que Dumbledore le habia dicho como. Abeforth lo interrumpió, preguntado si le habia contado todo, que si habia sido sincero con él. Harry quiso decir «si», pero por algún extraño motivo no pudo pronunciar la palabra.

Abeforth dijo que habían crecido rodeados de mentiras y poso sus ojos en el retrato de la niña. Hermione preguntó si era su hermana Ariana. Abeforth asintió y dijo que por lo visto habia leído a Rita Skeeter. Harry dijo que Elphias Doge se las había mencionado, para sacar a su amiga del apuro. Abeforth dijo que Doge idolatraba a Albus, como mucha gente hacia, incluidos los tres chicos. Hermione dijo que Dumbledore quería mucho a Harry y Abeforth contestó que regularmente a las personas a las que Dumbledore quiere terminan peor que si las hubiera dejado en Paz.

Abeforth contó que cuando su hermana tenía seis años fue atacada por unos chicos que la vieron hacer magia. A los furiosos chicos se les paso la mano al intentar detener al bicho raro que no pudo enseñarles a hacer el truco. Desde aquel día Ariana quedó destrozada y no quería emplear magia. Su padre buscó a esos chicos para darles un merecido, razón por la que lo encarcelaron. Nunca dijo el motivo, ya que no quería que internaran a Ariana en San Mungo. Como no podía deshacerse de esa magia, Ariana se volvió loca y a veces esa magia explotaba. En una de tantas veces mató a su madre por accidente. Fue entonces cuando Albus regresó para asumir el papel de la cabeza de familia. Al menos eso hizo hasta que llego Grindelwald, un joven con la misma inteligencia que él. Su obligación con Ariana pasó a segundo plano, mientras ellos planeaban instaurar un nuevo orden mágico. Descuidar a la muchacha no importaba, ya que estaban trabajando «por el bien de todos». Antes de volver a Hogwarts, Abeforth enfrentó a Dumbledore y Grindelwald cara a cara. Le dijo que no podía llevarla con él, que ella no estaba en condiciones de acompañarlo. A Albus y Grindelwald eso no les gustó y empezaron a discutir. Grindelwald uso cruciatus en Abeforth y Albus trato de detenerlo, los tres se batieron en duelo. Ariana se puso muy nerviosa y al perecer quiso ayudar. Abeforth no sabía quien había sido, pero el caso es que Ariana estaba muerta.

Abeforth no pudo continuar, se le quebró la voz. Cuando se recuperó dijo que Albus al fin habia sido libre, libre de cargar con su hermana. Pero Harry le dijo que no habia sido libre y le explicó lo ocurrido en la cueva de los inferis, lo mucho que sufrió al beber la poción envenenada y que seguramente lo que recordaba era ese momento.

A pesar de la negativa de Abeforth de seguir peleando, Harry dijo que ellos seguirían y que si sabia una forma de entrar al castillo ese era el momento de decirla. Abeforth se acercó al retrato de Ariana, le dijo que sabía lo que tenia que hacer y la niña se dio vuelta y echó a andar hacia el fondo del retrato. Abeforth les explicó que solo habia una forma de entrar al castillo, ya que los demás pasadizos estaban cerrados. Tras unos momentos Ariana volvía a su lugar, pero no venia sola. Un magullado Neville Longbottom salió del retrato.

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Autor Whitzard

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