Expedientes Potter: Encantamiento Patronus, invocación y evocación de las fortalezas (Primera Parte)

Articulos, Expediente Potter

Saludos amigos Bloghogwartianos. Gracias por los comentarios de bienvenida; como dije antes, para mí es un honor gigantesco emprender con ustedes la labor de los Expedientes Potter. Bueno, al parecer varios coincidimos con la idea de comenzarla con el encantamiento patronus.

Luego de hacerme una idea de lo que íbamos a tratar en este expediente y darme cuenta de que es mucho, llegué a la conclusión de que es más cómodo dividirlo en dos partes (y si extiende más, que es probable, serían tres).

He de admitir que una parte de mí se deja intimidar, no sólo por lo extenso en que puede convertirse, como ya dije, sino por ser lo que considero uno de los temas más complejos de Harry Potter, pero está la otra parte (un poco Gryffindor, debo decir) que insiste en la pregunta ¿qué es la vida sin un poco de riesgo?

Bajo el hechizo artudidor de esta última pregunta, considero pertinente partir de algunas otras como ¿es el patronus algo más que un encantamiento? ¿Qué significa en sí “Patronus” y “Expecto patronum”? ¿Qué es el patronus para el mago? ¿Cómo se relacionan el mago y su patronus? (Intentaremos responder estas interrogantes a medida de que vayan apareciendo).

Bien, sabemos que el patronus para los personajes de la saga es un encantamiento de magia avanzada. Al mago que conjura un patronus corpóreo exitosamente se le tiene por talentoso, poderoso. Sin embargo, no suelen mostrar señal alguna, al menos explícita, de que se debe a que en cierta forma conjurarlo demuestra que el mago tiene completo dominio de sí mismo, enfrenta sus miedos, conoce sus debilidades y por tanto puede armarse de sus fortalezas. Esto no quiere decir que el conjurador del patronus, no sienta miedo. Una y otra vez de distintas formas en Harry Potter nos dicen que ser valiente no significa no tener miedo, sino intentar sobreponerse a él.

A esto de invocar las fortalezas viene nuestra segunda pregunta. La palabra “Expecto” es el verbo en latín “expectorare” en primera persona que significa “libero”; y “patronus” o “patronum” (significan lo mismo ya que la diferencia en la última sílaba no hace más que indicar su función en la oración) es “protector”, “defensor”, “guardián”. Así que una traducción acertada podría ser “Libero al guardián”.

Para que Harry pudiese armarse de sus fortalezas o liberar su guardián, tuvo que conocerlo primero. Hacer de aquello en lo que cree, de eso que lo protege, de lo que bajo ninguna circunstancia lo defrauda, un cuerpo, un algo con forma. Las fortalezas de Harry, me atrevo a decir, se levantan en la idea de que la muerte no es suficiente barrera para separar a quienes se ama, porque los que amamos siempre viven en nosotros. Perpetúan su presencia en la memoria, y regresan de cuando en cuando como recuerdo.

Pero ¿qué sucede en el caso de Harry? Estaba muy pequeño cuando sus padres murieron, creeríamos que no tiene recuerdos de ellos como tal. Sin embargo, los dementores le reviven precisamente el recuerdo arrinconado en lo más profundo de su memoria de la muerte de sus padres; lo cual, por un lado, le trae un sentimiento terrible de desolación, pero a la vez de una manera aparentemente retorcida le regalan el único recuerdo de ellos.

Una vez más, J. K. Rowling parece querer decirnos que incluso en los momentos oscuros podemos encontrar luz, que podemos crecer en la adversidad, y en el mal recuerdo hallar uno bueno.

Por lo cual, ahí, cerca de la muerte, en el Prisionero de Azkaban, Harry espera el retorno de su padre y dice para sí:

-¿Dónde estás? Vamos, papá.

Pero nadie acudió. Harry levantó la cabeza para mirar el círculo de los dementores del otro lado del lago. Uno de ellos se bajaba la capucha. Era el momento de que apareciera el salvador. Pero no veía a nadie.

Y entonces lo comprendió. No había visto a su padre, se había visto a sí mismo.

Harry salió de detrás del arbusto y sacó la varita.

-¡EXPECTO PATRONUM! –exclamó.

Y de la punta de su varita surgió, no una nube informe, sino un animal plateado deslumbrante y cegador. Frunció el entrecejo tratando de distinguir lo que era. Parecía un caballo. Galopaba en silencio, alejándose por la superficie negra del lago. Lo vio bajar la cabeza y cargar contra los dementores… En eso momento galopaba en torno a las formas negras que estaban tendidas en el suelo, y los dementores retrocedían, se dispersaban y huían en la oscuridad. Y se fueron.

El patronus dio media vuelta. Volvía hacia Harry a medio galope, cruzando la calma superficie del agua. No era un caballo. Tampoco un unicornio. Era un ciervo. Brillaba tanto como la luna… Regresaba hacia él.

Su padre era el que regresaba, sólo que de una forma inesperada: a través de él, Harry. El hecho de que éste espere que vuelva y lo salve, y resulte que se estaba esperando a él mismo, no nos dice más que a Harry Potter lo salva el amor y la fe en el amor hacia el recuerdo de su padre.

Con el galope silencioso de este ciervo vienen más cosas. Todo recuerdo de Lily y James Potter tiene presente el hecho de que murieron para salvarlo, lo cual sella en el corazón de Harry el principio de que la muerte no es nada frente al amor, lo que al mismo tiempo permite conjurar un patronus corpóreo relacionado con sus seres queridos fallecidos y no temerle a lo único que su enemigo Lord Voldemort teme, la muerte.

Aun así, Harry no está ni tiene porqué estar consciente de ello, de la misma manera que muchos de nosotros no tenemos muy claro qué componen exactamente nuestras fortalezas y debilidades. Sin embargo, a partir de ese momento en el Prisionero conoce lo suficiente de ambas para darle cuerpo, forma a su patronus.

Que es lo mismo que decir, que desde entonces, se conoce más, y por tanto su identidad como individuo y héroe es más definida.

Un ciervo… Se nos ocurren nuevas preguntas Bloghogwartianos ¿Por qué el patronus corpóreo toma la forma de un animal? ¿Dónde pudo Rowling inspirarse para la construcción de este encantamiento? ¿Por qué el patronus del animago toma la forma del animal en que se convierten? Incluso de los demás personajes ¿Por qué a Hermione, siendo una bruja tan brillante, le cuesta tanto conjurar un patronus? ¿Por qué en El Misterio del Príncipe el de Tonks cambia de forma? ¿Por qué el de Umbridge brilla menos que el de Harry? ¿Qué hay detrás de que este encantamiento sea el medio de comunicación de los miembros de la Orden del fénix?

Hasta de nosotros mismos… ¿Cómo podemos saber qué forma tomaría nuestro patronus?

Pero amigos, ya se nos ha acabo el tiempo, y no creo que ninguno de los presentes posea un giratiempo luego del desastre de cierta batalla en el departamento de Misterios del Ministerio.

Nuevamente gracias por los comentarios, leí uno y cada uno de ellos, por lo que diré lo siguiente: Pronto volaremos en Thestrals, nos enfrentaremos a dementores, y todo lo demás. Ojalá, la varita en reparación, no pierda ninguna de sus facultades. Anteriormente usé el término “metáfora” no como recurso de la poesía, sino como figuras, elementos con carga poética y simbólica que hace literatura a cualquier obra escrita que la tenga.

Desde una mesa coja del Caldero Chorreante (ahora con un corcho de cerveza de mantequilla), les escribe muy agradecido:

Probus J. Odd.

P.D: Aquí les dejo mi lechuza electrónica para cualquier comentario, propuesta, etc: oddyparty@gmail.com

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