Por fin comenzamos con el quinto libro de la saga para seguir con nuestro repaso diario y cronológico que durante 198 dÃas estará rememorando cada capÃtulo de la serie para terminar con el EpÃlogo final el dÃa del ansiado estreno a nivel mundial de Harry Potter y el Misterio del PrÃncipe. Nos adentramos, pues, en el capÃtulo número 95 de la saga.
Harry Potter y la Orden del Fénix
CapÃtulo 1: Dudley, dementado
Esta entrega nos hizo esperar tres largos años para deleitarnos con un argumento más oscuro, complicado y adulto, que situaba la historia en otro escalón mediante una trama más compleja ya que por primera vez comprendemos la importancia y repercusiones de la hasta ahora desconocida ProfecÃa.
En este primer capÃtulo, mientras el dÃa más caluroso en lo que va de verano se caerÃa sobre Privet Drive, un Harry más crecido, aunque con un aspecto ligeramente insano y desproporcionado, se escondÃa bajo la ventana de sus odiosos tÃos a la espera de captar una noticia que le permitiera conocer las acciones y andanzas de su recién retornado enemigo Lord Voldemort. Su frustración ante la ausencia de novedades en lo que iba de verano tanto por parte del asesino de sus padres como de sus amigos o Dumbledore le hacÃan rozar la desesperación. Harry estaba impotente en la casa de sus tÃos, aislado del mundo mágico y sin una razón de peso ya que él afrontó el regreso del Señor Tenebroso. Una vez descubierto por sus tÃos tras un gran estruendo en la calle, Harry se encaminó a su parque favorito indignado por su situación y por la seguridad de que le resultarÃa difÃcil volver a intentar captar unas noticias que parecÃan no llegar nunca.
Una señal hizo a Harry tener conciencia de que su primo, que no habÃa perdido el tiempo y llevaba todo el verano atormentando a chiquillos, fumando y haciendo el gamberro, se aproximaba por lo que decidió seguirle y provocarle una vez se despidió de sus serviciales amigos de los que tanto Dudley Dursley como sus padres estaban tan orgullosos (¡pobres ingenuos!). AL fin Harry tenÃa algo de diversión intimidando a su primo, que siendo todo lo grande que era, temÃa a Harry sobremanera. Pero algo ocurrió mientras avanzaban por el callejón que conectaba la calle Magnolia con el paseo Glicinia dónde Harry vio a Sirius por pirmera vez: en mitad de su discusión, todo se apagó, las luces se fueron, la negrura borró todo rastro de luz, y el frÃo dejó adivinar a Harry quién los visitaba. Un dementor a cada lado del callejón se acercaba en la oscuridad, cargando de frÃo y desesperanza el ambiente. Aquello no podÃa ser, dementores en Little Whinging. Aunque Harry consiguió conjurar un Patronus, gracias al encantamiento Lumos que le permitió ver de nuevo el terrible aspecto de estos seres, uno de ellos ya atacaba a Dudley para cuando el primer dementor fue expulsado. Una vez librados de los guardianes de Azkaban, Harry descubrió que su primo habÃa salido bastante mal parado del encuentro. La Señora Figg, su anciana vecina amante de los gatos apareció en escena, instando a Harry a no esconder su varita ante ella con semejante amenaza cerca. ¿Cómo podÃa ella saber de los dementores si estos son invisibles a los muggles?
Sin duda una inmejorable forma de comenzar nuevo libro. Todos querÃamos saber qué ocurrirÃa con el mundo mágico una vez que El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado habÃa retornado. Este capÃtulo abrió boca, ¡y de qué manera!, como ninguno hasta la fecha lo habÃa hecho. ¿No les parece?