La Venganza de los Carrows

Por: Esteban Gómez

El funeral era algo privado, no había mucha gente y la pequeña capilla tenia un aire solemne. Harry estaba en primera fila junto a Ron y Hermione, el primero lloraba en silencio mientras las lágrimas caían por su rostro y la segunda simplemente miraba con tristeza hacia el vacio. En cuanto a Harry, el miraba los dos hermosamente tallados ataúdes de oro, donde los cuerpos de Nymphadora Tonks y Remus Lupin descansarían para siempre con aquellas sonrisas de serenidad.

Harry no podía sentir mas que una satisfactoria tristeza, ya que aunque la ocasión fuera de mucha tristeza el aún recordaba los pequeños minutos que había estado con Remus en el bosque antes de que se entregara a los brazos de la muerte sin pelear. Él recordaba perfectamente lo que Remus le había dicho, y sabia que en el lugar donde fuese que estuviese, su antiguo profesor y amigo estaría junto al amor de su vida, a sus amigos y estarían felices.

Desde luego el le había contado todo aquello a Ron y Hermione, pero aun así, ellos que no lo vivieron en carne propia no podían sentir la serenidad que Harry sentía en ese momento, además de que Ron todavía sollozaba por la muerte de su hermano Fred y recordaba las devastadoras escenas del entierro que había sido dos días antes. Harry también lo recordaba, el mismo hubiese deseado que todo fuese un sueño y que Fred apareciera en cualquier momento contando alguna divertida historia. Recordaba los sollozos de la Sra. Weasley, que no se separaba del féretro; de la furia contenida del Sr. Weasley, que no era capaz de expresar su dolor con lágrimas; de la estupefacción de George, que todavía no se convencía de que su hermano gemelo hubiese muerto; de Ginny, que con la tenacidad que la caracterizaba trataba de contener el llanto; de Bill y Charlie, el primero abrazado de su esposa y el segundo al lado de su madre; y de Percy, que se sentía culpable de lo sucedido. Hermione, le creía a Harry, pero ella era incapaz de asimilar completamente aquella información y por eso le dolía tanto.

Lo que a Harry le daba tanta pena, era del pobre Teddy Lupin, su ahijado, que al igual que él, quedo huérfano por culpa de Lord Voldemort, y aunque este se hubiese ido para siempre, las cicatrices que había dejado serian imposibles de borrar. Harry miro hacia atrás, logro atisbar a Andrómeda Tonks, la abuela de Teddy, ella tenia al pequeño en brazos que dormitaba despreocupado mientras que ella se permitía llorar en silencio. Unos asientos más atrás estaban el resto de los Weasley, excepto la Sra. Weasley y Percy, que se hallaban en el Hospital San Mungo, la Sra. Weasley había tenido una recaída y estaba muy delicada, no era nada grave, según los Sanadores todo era culpa de la perdida; Percy la acompañaba mientras los demás asistían al funeral.

Harry se concentro en Ginny, fuerte como siempre, estaba recostada en su padre y miraba hacia el techo, Harry deseaba estar con ella y consolarla, pero no era el momento, todavía no, la escena completa de los Weasley era desoladora.

También los integrantes sobrevivientes de la Orden del Fénix, entre ellos Kingsley y McGonagall, algunos profesores de Hogwarts, Aberforth Dumbledore, Neville y su abuela, Luna y su padre, que por segunda vez se habían vestido con túnicas negras y que no tenia nada que ver con el estilo Lovegood, y Hagrid, que salpicaba a todos con sus lagrimas.

– Ahora, unas palabras por Harry Potter, y después, podrán decirles el último adiós – termino el mismo Sacerdote que había asistido en el funeral de Dumbledore y el matrimonio de Bill y Fleur.

Harry volteo a mirar hacia el cura y se levanto de su asiento, Ron le dirigió una media sonrisa y Hermione apretó su brazo. Cuando decidió que él diría unas palabras por la memoria de Remus y Tonks, creyó que era la mejor decisión, se sentía en la necesidad de expresar que ellos estarían bien y que estaban orgullosos de dar su vida por una causa como esa, pero en ese momento, no sabia como expresarlo, había intentado encontrar las palabras pero supuso que en su momento sabría que decir, pero ahora seguía totalmente en blanco.

Se dirigió al altar y se hizo a lado de los ataúdes, Remus llevaba una lustrosa túnica café claro y Tonks llevaba su uniforme de Aurora mientras que su pelo era de un rosa claro, a Harry eso le pareció un gracioso detalle, pero evito reír, recordó aquella misma escena en el funeral de Dumbledore. Cuando Harry empezó a subir las escaleras de inmediato el aire de la capilla cambio, todos se calmaron al verlo e inclusive Hagrid dejo de hipar. Era extraño ver como todos se tranquilizaban con el simple hecho de verlo, realmente no sabia que sentir sobre eso, pero era algo difícil de asimilar. Algunas personas le sonrieron y otras lo miraban casi hasta el punto de querer venerarlo, trato de no fijarse en esos detalles y comenzó a hablar:

– Realmente es duro despedirse de los seres que uno mas ama – Harry respiro, y recordó nuevamente lo sucedido en el bosque, eso le dio valor – y en estos días, hemos tenido que afrontar muchas perdidas, y es duro saber si es posible superarlo, pero es maravilloso saber que es algo que no se es posible superar, por que así, siempre tendremos en nuestros corazones a las personas que se han ido y este amor es lo mas poderoso que se nos ha otorgado, aprendí que el dolor es la cantidad de amor que tenemos, y entre mas dolor allá, nuestra capacidad de amar es mas grande. Mis padres murieron para protegerme y todavía siento su perdida, y eso me dio fuerza para luchar con todo lo que tuve que afrontar, los amo y los amare por siempre, y se que ellos donde sea que estén también me aman, y no se arrepienten por darme sus vidas, Remus y Tonks, fueron personas valientes que dieron su vida para que su hijo tuviera un futuro mejor, como mis padres hicieron, y al igual que ellos, están felices de esto por que saben ahora que su hijo tendrá un mejor futuro, y nunca se arrepentirán por haberlo echo. Así que aunque nos sintamos tristes por su pérdida, también estemos felices por ellos, por que hicieron lo que querían por amor y eso es el honor más grande que pueden haber recibido – y supo que con eso era suficiente.

Harry miro hacia los dos féretros y simplemente dijo un hermoso “Hasta la vista” y sintió una gran paz, por que sabía que era cierto. Bajo los escalones y se dirigió nuevamente hacia sus dos mejores amigos, ellos le sonrieron mas felices ahora y fueron a despedirse, y luego todos los demás se levantaron y dijeron el “adiós”.

Al terminar la ceremonia los ataúdes fueron alzados por arte de magia y los llevaron hacia el cementerio atrás de la capilla, seguidos por la procesión de personas. Luego fueron colocados con suavidad en los hoyos hechos en la tierra.

Harry fue el primero en echar la tierra, tomo dos puñados de tierra que cayeron encima de cada ataúd, luego los demás hicieron su aporte y al final, nuevamente Harry, levanto su varita y frondosa hierba empezó a crecer en la tierra donde ahora estarían Remus y Tonks hasta el final de los tiempos. Cuando la hierba lo cubrió todo, Harry sintió como si hubiese enterrado a sus padres y la paz regreso otra vez, y fue en ese momento cuando comprendió completamente que todo estaría bien, sabia que no todo seria paz y felicidad, pero que todo estaría bien.

– Harry – el Sr. Weasley lo llamaba.

– Sr. Weasley, ¿Cómo esta la Sra. Weasley? – pregunto Harry.

– Esta mejor, simplemente que… bien ya sabes, todavía no lo hemos asimilado, pero creo que con tus palabras ya todo será mejor.

– Yo solo dije lo que creí.

– Le contare a Molly lo que dijiste, creo que eso la va hacer sentir mejor. Bien, nosotros ya nos vamos, creo que es hora de visitas. Dile a Ron y a Hermione, que como a ti, los esperamos en la casa para cenar.

– ¿Ron no va con ustedes?

– No, Kingsley los necesita a los tres, así que nos veremos Harry.

– Hasta luego Sr. Weasley.

El Sr. Weasley le dio un apretón de manos al igual que sus hijos, Fleur le dio un beso en la mejilla y Ginny, un poco enojada le dio un fuerte abrazo y le murmuro al oído que “lo quería”. Luego todos se desaparecieron.

– Bonitas palabras Harry – le dijo Hermione abrazada de Ron.

– Si, compañero – corroboro Ron.

– Lo mas hermoso que escuche en mi vida – susurro Hagrid que empezó a llorar con mas fuerza – esas perdidas tan terribles, y tus palabras Harry, eres muy sabio… eso ayuda mucho – Hagrid los levanto a los tres y les dio un abrazo de oso – Tus padres estarían orgullosos Harry, ahora todo ira bien, si, así será, y todo gracias a ti, Harry – Hagrid nuevamente los levanto a los tres y repitió el doloroso abrazo, se despidió y cuando se alejo, Harry les comento a Ron y Hermione lo que el Sr. Weasley le conto.

– Y se supone que Kingsley nos necesita – término Harry.

En ese momento el mencionado se les acerco y los saludo:

– Hola chicos, ¿Cómo la están pasando? Todo es muy duro

– Hay, pasándola – dijo Ron con una pequeña sonrisa.

– No tengo mucho tiempo, hay un montón de papeleo en el Ministerio, y cierto grupo de personas siguen festejando, así que todo esta vuelto loco, espero que mi nombramiento de Primer Ministro provisional, sea eso, provisional. Yendo al grano, solo quería comunicarle que los tres han sido admitidos como Aurores, sin entrevistas, ni exámenes, creo que con sus actos son suficientes. Al parecer a todo el comité no le queda duda de eso, además de que también desean hacer un homenaje, altar, estatua y no se que mas cosas, en nombre de Harry Potter.

– Eso es genial, Harry – dijo Ron.

– Sin exámenes, no me parece lo más adecuado, además, además, ¡no hemos terminado los estudios, y faltan los EXTASIS…! – empezó Hermione.

– Hay alguna forma de evitar los homenajes y demás – sugirió Harry.

– Ya estoy en ello – dijo Kingsley con una sonrisa – pero si va a ver una orden de Merlín primera clase, y dos de Segunda Clase. Bien yo simplemente se los estaba notificando, para que lo mediten y ya abra momento para que me den una respuesta.

Con eso Kingsley se despidió.

– ¿Qué piensan? – pregunto Harry

– Una Orden de Merlín de Segunda Clase – dijo Ron anonadado – es sorprendente, la ultima Orden de Merlín de mi familia… bien, eso alegrara un poco a la familia.

– Yo creo que Harry se refería al puesto de Aurores – dijo Hermione – pues yo no lo voy a tomar…

– ¿Quéeeee?

– Bueno, ser Auror no lo es todo, además de que prefiero terminar mis estudios y hacer algo más con mi vida.

– Te dan la oportunidad de no estudiar y la desaprovechas… eres única Hermione – dijo Ron – pues a mi me parece grandiosa la idea, aunque después de lo de Fred, pues no se muy bien, yo creo que todavía no se, y Harry, ¿tu que dices?

Harry no tuvo que meditarlo mucho, sabia que había muchas opciones a elegir en el mundo mágico, además de que su misión ya había terminado, aún así considero que al parecer nació para ello y supuso que no todos los Mortifagos habían sido capturados, así que todavía tenían trabajo que hacer.

– Bien, pues yo si voy a aceptarlo, solo por que Voldemort se halla ido, no significa que los magos tenebrosos se hallan acabado – luego recordó que tenía algo que hacer – y hablando de magos tenebrosos, me podrían acompañar a Grimmauld Place.

– ¿Y para que quieres ir allá compañero? – pregunto Ron.

– Bien, quiero echarle un ultimo vistazo, se que es la herencia que Sirius me dio, pero creo que nunca seria capaz de vivir allí, así que quiero registrarla una vez mas, para ver que puedo encontrar de Sirius, además creo que Kreacher ya debe estar aseando y debo decirle que por el momento deberá atender todas las necesidades de la Madriguera, la Sra. Weasley no esta en circunstancias para encargarse del aseo.

– Eso es muy considerado Harry – dijo Neville que se les había acercado poco a poco junto a Luna.

– Bonitas palabras Harry, concisas y directas, creo que no habría mejor forma de decirlo, realmente conmovedor – dijo Luna con sus ojos soñadores y una sonrisa carismática.

– ¿Cómo va todo? – les pregunto Ron – ¿te ha sentado bien la fama? Eh, Neville.

– No que va – repuso el aludido – mi abuela esta muy orgullosa de mi, y diariamente recibimos cartas de agradecimientos y felicitaciones y… – Neville se detuvo un momento y su cara empezó a tomar un color carmesí – en una visita a mis padres, me encontré con Hannah Abbott, las cicatrices de su rostro ya casi desaparecen, y me pregunto que si cuando saliera del hospital podría salir en una cita con ella. Le dije que si.

– Eso es genial Neville – dijeron los tres amigos al unisonó, y el rostro de Neville se puso más rojo.

– ¿Qué hay de ti, Luna? – pregunto cordialmente Hermione

– Mi padre y yo, haremos una expedición con unos conocidos de la familia, no se si conocen a New Scamander… en fin, esta vez viajaremos mas lejos para encontrar a los Snorkack de cuernos arrugados, tengo el presentimiento de que esta vez hallaremos un montón.

– Mucha suerte Luna – dije de inmediato Hermione contenida, al parecer todavía recordaba lo del cuerno de Erumpet.

– Bueno, nos veremos chicos – dijeron Neville y Luna, y con eso se fueron.

Harry los vio alejarse y se sintió feliz por ello, ya que se les veía mucho más feliz y con eso su presentimiento de que todo estaría mejor se acrecentó en él.

– Entonces a Grimmauld Place – le recordó Hermione.

– Si, claro – dijo Harry.

– Creo que tendremos que aprobar el examen de Aparición, no podemos ir pidiéndole a Hermione que nos lleve a todas partes – bromeo Ron.

Harry y Hermione rieron, mientras que se cogían de las manos, luego la chica cerro los ojos y Harry sintió la tan familiar sensación de succión y un segundo después estaban en la entrada del numero 12.

– Es raro no ver Mortifagos – comento Ron, y se quedo atrás observando el parquecito.

Harry y Hermione entraron, y de inmediato el hechizo de lengua atada los incomodo unos segundos y después la fantasmagórica figura de Dumbledore apareció, “yo no te mate”, y luego exploto en una voluta de humo.

– ¡Expelliarmus! – dijo una voz socarrona

La varita de Harry y Hermione volaron por los aires, y por las escaleras bajaron dos figuras encapuchadas, después de que se quitaron las capotas Harry los reconoció: Amycus y Alecto Carrow.

– No te muevas, Potter – rugió Amycus.

– ¿pero como? – pregunto Hermione en voz baja.

– Nadie se preocupo por ellos – dijo enfadado Harry – la última vez que los vi, estaban inconscientes en la sala común de Ravenclaw, al parecer fueron capaz de desatarse de las ataduras mágicas de McGonagall y gracias a Yaxley, pudieron entrar aquí.

– Como siempre, muy inteligente Potter, pero también un idiota – susurro Alecto y se rio.

– Su amo esta acabado, ¿Qué mas quieren? – dijo Hermione, Harry noto como sustancialmente estaba un poco mas cerca de donde habían caído las varitas.

– Cállate Sangre Sucia – grito Alecto.

– Imagínense nuestra fama, cuando los Carrows hallan derrotado al niño que acabo con El Señor Tenebroso, seremos los magos oscuros mas grandes…

– Quieta Sangre Sucia – Alecto levanto su varita y grito – ¡Crucio!

Hermione cayo al suelo retumbando de dolor y Harry grito su nombre, se retorció en el suelo unos segundos y luego los espasmos se detuvieron y Hermione no dio signos de estar despierta.

– Es tu fin Potter – grito Amycus – Avada Keda…

– DESMAIUS – grito Ron apareciendo por la puerta y susurrando: “yo no te mate”.

Amycus salió volando, destruyendo la barra de las escaleras y chocando con un estante de vidrio, que estallo y en toda la confusión Harry salto por encima del sofá y sintió como la maldición asesina susurraba en su oído e iba a chocar contra la pared haciéndola añicos, los gritos de la Sra. Black hicieron que todo se volviera un barullo: “¡Sí, acaben con los traidores de la sangre y los Sangre Sucia!… En la casa de mis padres” y Alecto Carrow empezó a lanzar hechizos a diestra y siniestra.

Ron lanzo un Impedimenta que fallo y Alecto le lanzo un Avada que choco en el sofá donde Harry se estaba cubriendo y lo levanto por los aires. Harry alcanzo su varita y vio como Amycus se levantaba de los escombros, le lanzo otro Desmaius que le dio en un brazo y volvió a quedar inerte en el piso.

– Suficiente, Mocoso – rugió Alecto, y lanzo un Desmaius que también fallo, pero que dio en el dintel de la puerta donde había una copa de los Black que callo encima de la cabeza de Ron y lo dejo tirado en el suelo aturdido.

– RON – grito Harry, y lanzo un Expelliarmus, que Alecto no tuvo dificultan en desviar.

– Es hora de que Alecto Carrow, acabe con el gran Harry Potter.

Harry se inclino un poco dispuesto a esquivar el ataque y lanzar el suyo, cuando sintió que todo su cuerpo se paralizaba por completo, nuevamente Amycus estaba de pie y su varita apuntaba hacia él.

– Hazlo hermana, hazlo ahora – grito Amycus con gran satisfacción.

No había manera de esquivarlo, y Harry le parecía increíble que fuese allí donde moriría, días después del final de Voldemort, le parecía una cruel ironía.

– ¡AVADA KEDAV…!

– ¡Glisseo! – grito Hermione, que estaba en el suelo, con la varita en mano; al parecer con toda la confusión fingió estar inconsciente pero se deslizo hasta su varita. Su mirada era de completa determinación.

Los peldaños de la escalera se aplanaron y Alecto se deslizo por ella, perdiendo el equilibrio, rodo hasta el inicio de las escaleras y Hermione, aún con la varita hacia Alecto hizo una floritura y, la bajita y gorda mujer rodo hasta la calle de Grimmauld Place.

– HERMANA – Amycus estaba fuera de si – lo pagaras maldita Sangre Sucia.

– ¡Claro que no! – argullo Ron, con varita en mano y sangre por todo el rostro – ¡Confringo!

El muro exploto completamente y la onda expansiva tumbo a Harry haciendo que perdiera su varita nuevamente, luego con un crujido vio como todo el muro y parte de la segunda planta se derrumbaba y caía encima de Amycus, hubo un grito de dolor, un levantamiento de polvo y luego solo el cuerpo sin vida de Amycus cubierto de escombros.

– Están bien – se apresuro Harry recogiendo su varita y acercándose a Ron y Hermione.

– Todo bien aquí – dijo Hermione levantándose con ayuda de Ron, que seguía sangrando. Ella lo miro preocupada.

– No es nada – aseguro – pero creo que todo es un desastre, lo siento compañero destruí parte de tu casa.

– Yo creo que lo más probable es que se reconstruya de nuevo, hierba mala nunca muere. No te preocupes, además es algo bueno, mira que el retrato se cayó con todo y muro, ya no escucho los chillidos de esa vieja bruja.

– AVADA KEDAVRA – Alecto apareció de nuevo en la puerta y el hechizo que iba dirigido hacia Harry no dio en el blanco por que en el momento preciso Hermione lo empujo a un lado. Luego la chica lanzo un hechizo y Alecto se atraganto pero ningún sonido salió por su boca.

– Gracias – dijo Harry y de inmediato se dispuso a enfrentarse con Alecto, pero la imagen era aterradora. Hermione estaba decidida y asustada, pero no se movió ni un ápice.

La fantasmagórica imagen de Albus Dumbledore apareció en el aire, y ya que Alecto no podía hablar, el espectro se le abalanzo y la levanto en los aires por el cuello. La varita se le callo de las manos y las demacradas manos de aquel monstruo se apretaron en torno del cuello de la Mortifaga, poco a poco la mujer se empezó a tornar morada y al final dejo de patalear. El aterrador fantasma desapareció y Alecto Carrow cayó al suelo muerta al igual que su hermano.

Nadie dijo nada por un largo rato observando la horrible escena sin poder quitar los ojos de todo aquel desastre. Al final todos decidieron salir de allí y se sintieron felices de hacerlo.

– Tenias razón Harry – susurro Ron anonadado, todavía no podía creer lo que había echo – los magos tenebrosos nunca se acabaran, y creo que es una responsabilidad librar al mundo de ello, pero lo que se tiene que hacer… yo creo que hay que meditarlo.

– Es mejor Hermione, que uses uno de tus patronus y envíale un mensaje a Kingsley o al Sr. Weasley – sugirió Harry.

– De inmediato – dijo la chica, que parecía sorprendida de lo que había echo, pero no arrepentida.

Harry supuso que tendría que esperar un tiempo antes de volver a entrar a Grimmauld Place, pero no le importo, ahora que simplemente se había enfrentado otra vez con la muerte, sabia que la decisión que tomo era la mejor y después de ver como ellos tres, de nuevo salieron librados de las manos de la magia oscura, pudo vislumbrar un futuro más optimista.

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