El Secreto Parte I

Por: Cristina Palla León

Todo empezó hace un año, aproximadamente. Era nuestro último curso en Hogwarts. Me acuerdo que fue en Noviembre, después de un partido de tres horas de quidittch contra Slytherin; por suerte no llovió, pero el frío del invierno había calado en nuestros huesos.. Estábamos celebrando la victoria en la Sala Común de Gryffindor cuando James se acercó a mí, me pareció que estaba indeciso, preocupado, raro y en efecto no me equivocaba.

-Rose necesito hablar contigo, sube las escaleras del dormitorio y espérame allí, saldré con la capa invisible.

Yo asentí, dejé mi cerveza de mantequilla y puse la excusa de que iba a cambiarme de ropa. Esperé en la puerta del dormitorio y a los pocos minutos la puerta se abrió y James me cubrió con la capa invisible. Él me dirigía los pasos para llevarme hasta donde el quería, la sala de los Menesteres. Una vez dentro nos deshicimos de la capa. La sala era bonita; había ventanas grandes, había empezado a llover y el agua golpeaba los cristales, también había algunos cojines de distintos tamaños y colores esparcidos de forma ordenada por el suelo y al final de la sala una chimenea encendida con un sofá. James agarró mi mano y me condujo al sofá. Los dos nos sentamos de tal manera que quedamos el uno al frente del otro. James me cogió las dos manos y me miró a los ojos.

-No sé por dónde empezar ahora que me he decidido a hacerlo, es muy difícil.-me dijo él. Se paró y respiró hondo.- Desde niños nos han criado como hermanos, a pesar de que somos primos, y eso nos ha ayudado a querernos más pero …Rose ¿qué sientes por mi?.

Me quedé como petrificada al escuchar esa pregunta, pero era por que yo me la estaba haciendo a mí misma ¿ qué sentía por James?. Era mi primo, sangre de mi sangre… Lo cierto era que los últimos días solo quería estar con él, poder verle siempre que quisiera. Sabía que algo estaba creciendo dentro de mí pero nunca llegué a imaginarme que sería amor hasta que él me hizo esa pregunta. Él y yo nos contábamos todos nuestros secretos, nos escuchábamos el uno al otro cuando teníamos algún problema, tenía más confianza con él que con mi mejor amiga, Alice Longbottom.

Lo que más me asustaba en ese momento era si él sentía lo mismo por mí, si me había hecho esa pregunta por que siente algo por mí o sólo para decirme que me olvide de él…

-¿Qué quieres decir?.-Le contesté, con mi corazón latiendo tan deprisa que pensaba que iba a salir como una bala..

-Lo sabes muy bien, no me engañas te conozco Rose.

No sabía qué decir. Aparté mis ojos de los de James y miré el fugo de la chimenea, separé mis manos de las suyas. Sabía que él me estaba mirando y cuando cogió mi mano otra vez sentí un escalofrío por todo el cuerpo, me sentía congelada, incapaz de moverme para mirarme o de hablar. Me sentía como una placa de hielo a medio congelar y que amenaza con desquebrajarse si pisas en ella.

-Mírame por favor.-Me dijo James dulcemente.-Rose te quiero, estoy loco por ti, pero la idea de que somos primos me aterra.

Yo seguía con la vista puesta en el fuego. Él me agarró la cara suavemente y me giró para que le mirase. Estaba tensa, no lloraba, quería pegarme, estaba enfada conmigo misma por haber llegado a esa situación.

-Dime algo te lo suplico.- Me dijo con la voz temblorosa. Sabía que rompería a llorar en cualquier momento.

-Estoy enamorada de ti.- dije, y él sonrió forzosamente, creo que era porque mi tono de voz no era demasiado convincente.-Pero tenemos que frenar esto antes de que vaya a más. Somos primos.

-No quiero estar sin ti, me da igual que seamos primos. Te amo. Es lo único que me importa

-¿Y nuestras familias?.Si se enteraran nos echarían de casa.

-¿ Y qué si te tengo a ti?

-James solo somos unos crios que no hemos sabido controlar nuestros sentimientos.

-Unos crios que se aman.-Me dijo él con un tono de voz un poco cansado de insistir.

-Podríamos vernos a escondidas aquí en Hogwarts, pero ¿ y después?. Falta un mes para volver a casa y no soportaría estar contigo y nuestra familia alrededor sin poder besarte.

-Por ti sería capaz de aguantar cualquier situación y si hace falta me enfrentaré con nuestros padres, todo por estar contigo.

No sé como pasó pero lo hice. Le besé en los labios en esos labios que estaban secos y que después estaban húmedos. En ese instante, mientras nos besábamos y acariciábamos, me daba igual que fuéramos primos, yo era una mujer y él un hombre que se estaban amando. Sin darnos cuenta nos encontramos desnudos, yo encima de él; ambos sudábamos y temblábamos y respirábamos entrecortadamente. Miré el fuego y luego a nuestra ropa, tirada sobre la alfombra. Estaba a tiempo de vestirme e irme a mi cuarto, en la torre de Gryffindor, como si nada hubiera sucedido, pero la pasión y los sentimientos pudieron más que la razón e hicimos el amor

Comentarios

comentarios

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.