Los Antecedentes literarios de Harry Potter III

Harry y GinnyUna excelente manera de continuar con nuestro análisis es acercarnos a Ginny Weasley, un personaje con fuerza encanto y atractivo. Por supuesto, un estudio como éste, realizado exclusivamente desde el punto de vista de la herencia literaria, no es un análisis completo de los personajes, pues Rowling también se inspiró en personas que ella conoce. No obstante… (como diría nuestro tan querido como detestado Severus Snape), me parece útil e interesante abordarlos desde este punto de vista porque Rowling ha dado menos información a este respecto en entrevistas, encuentros con lectores o biografías autorizadas.

El personaje literario que ha podido dejar más huella en Ginny es, sin duda, Agnes Wickfield, de David Copperfield. Esta heroína dickensiana ama secretamente desde la infancia al protagonista, David Copperfield (esto os sonará bastante, aunque nuestra Ginny tuvo unos “pequeños deslices” con la tarjeta del día de San Valentín, el cuenco de gachas que se le cae al suelo o quedándose petrificada cada vez que veía a Harry).

Agnes se convierte en la mejor amiga y confidente del protagonista y sufre calladamente cuando David le habla de sus sentimientos hacia otra muchacha, Dora. Ginny también termina asumiendo este papel de amiga y confidente de Harry. Por una conspiración entre Rowling, Hermione y Ginny, tanto los lectores como Harry ignoramos los verdaderos sentimientos de Ginny durante gran parte de la saga. Rowling ya dijo que quería que los lectores descubrieran a Ginny al mismo tiempo que Harry.

Dora, la joven de la que se enamora David Copperfield, se echa a llorar en situaciones de crisis (como Cho cuando pierde un partido de quidditch o se acuerda de Cedric en el momento más inoportuno). Agnes, en cambio, reacciona con calma y tranquilidad en las situaciones difíciles y ¡¡¡nunca llora!!! De esta forma, Harry, Ginny y Cho forman un triángulo amoroso muy similar al de David, Agnes y Dora. Es sólo al final de la historia cuando David se da cuenta de que Agnes es su verdadero amor, y ambos encuentran la felicidad. Menos mal que nuestra Ginny, como la heroína literaria del siglo XXI que es, no se queda esperando pacientemente a que Harry se dé cuenta de que ella existe. Ginny le hace caso a Hermione y sale con otros chicos hasta que consigue despertar el interés de Harry. Menos mal, porque nuestro Harry, mucho Elegido, mucha valentía, pero en asuntos sentimentales… Si Ginny no toma cierta iniciativa, Harry igual hubiera necesitado catorce libros para espabilarse (lo cual no habría tenido su lado bueno, por otra parte).

Rowling también hace un guiño a sus lecturas favoritas de la infancia a través de Ginny. El pequeño caballo blanco (recordemos que este era uno de los libros preferidos de Rowling cuando era niña) tiene una protagonista pelirroja a la que no le gusta nada el color rosa. Recordemos que a Fleur le hubiera gustado vestir de rosa a sus damas de honor, pero no pudo hacerlo porque a Ginny le habría sentado fatal con su “colog de pelo”. Da la impresión de que Rowling esparce estos detalles en sus libros a propósito, como un guiño de lector a lector, como diciendo “a mí me gustó este libro o este momento o esta frase, y ¿a ti?”. El que los ha leído o se ha fijado se da cuenta, el que no, lo pasa por alto. Por eso los libros de Rowling gustan a tantas personas diferentes y tienen tantos niveles de lectura, porque su autora es una persona de gran ingenio y talento.

La Ginny de los primeros libros también puede recordarnos a Anna, de El pequeño vampiro, la hermanita del mejor amigo del protagonista, del que está perdidamente enamorada y al que dedica poemas de tan alta calidad literaria como el que plasma Ginny en su tarjeta del día de San Valentín.

Pero Ginny maduró y aprendió a esconder sus sentimientos. Con la ayuda de Hermione, su confidente, casi nos engaña a todos. Aunque Rowling nos regaló la pista definitiva en la segunda entrega de la saga.. En el cuento tradicional, siempre que un monstruo rapta a una damisela y se la lleva a su guarida, el valiente joven que vence al monstruo siempre se queda al final con la chica (o si no, que se lo pregunten a Shrek).

Yo me divertí lo indecible con Harry Potter y el misterio del príncipe. Pienso que Harry se merecía sufrir un poco por amor. Fue capaz de enfrentarse al Señor Tenebroso en varias ocasiones y salir con vida, afrontó grandes peligros, resolvió misterios y encontró horrocruxes, pero tardó en darse cuenta de que tenía a su alma gemela delante de sus narices. Pero estos rasgos tan humanos son los que hacen tan interesantes y cautivadores a estos personajes y revelan que su autora es una grandíiiiiisima escritora.

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Autor Lourdes Fernandez Montoya

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