Serie de Harry Potter 136/199: «Horace Slughorn»

Y llegamos al capitulo número 136 de nuestra publicación diaria y cronológica en la cual durante 198 días estaremos compartiendo nuestras sorpresas, anécdotas y opiniones acerca de cada uno de los capítulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el Epilogo. El día de hoy es el turno para el capitulo número 136 de la Serie de Harry Potter.

Harry Potter y el Príncipe Mestizo

Capítulo 4: Horace Slughorn

Dumbledore lleva a Harry al pueblo muggle de Budleigh Babberton mediante la Aparición conjunta, pues su alumno todavía no ha conseguido su licencia. Es la primera vez que el muchacho se Desaparece, y la experiencia es bastante desagradable. Al llegar a su destino, Dumbledore le pregunta a Harry si su cicatriz ha vuelto a dolerle, y cuando el chico dice que no, el director afirma que eso se debe a que Voldemort está ahora empleando la Oclumancia para cerrar su mente a la de Harry. No obstante, nuestro héroe está satisfecho de haber dejado de tener esas visiones.

Cuando Harry le pregunta por el motivo de su viaje a Budleigh Babberton, Dumbledore le explica que van a visitar a un profesor jubilado para pedirle que regrese a Hogwarts, puesto que hay una cátedra vacante. Mientras se dirigen a la casa del colega de Dumbledore, Harry y él hablan acerca  de los recientes acontecimientos. Cuando tocan el tema de Rufus Scrimgeour, el director no hace mención de sus recientes desacuerdos con el nuevo ministro, e incluso elogia su capacidad y su experiencia en la lucha contra Lord Voldemort. Dumbledore también lamenta la muerte de Amelia Bones e ironiza acerca de la efectividad de los consejos brindados en los folletos repartidos por el Ministerio para evitar ser víctima de los Mortífagos. Le habla a Harry por primera vez de los Inferi, cadáveres hechizados por magos para actuar como soldados.

Al llegar a la casa del profesor, encuentran el lugar destrozado y con manchas de sangre en las paredes. Todo apunta a que alguien ha atacado violentamente al ocupante de aquella casa. No obstante, Dumbledore se muestra muy cauteloso y termina descubriendo a un mago disfrazado ingeniosamente de butaca. El mago, a quien Dumbledore llama Horace, es muy bajito y obeso, con largos bigotes canosos. Horace solamente quería fingir que su vivienda había sido atacada para alejar a sus visitantes, de quienes creía que eran Mortífagos. Tras ayudar a su antiguo colega a reordenar su casa, Dumbledore presenta formalmente a Harry a Horace Slughorn. Slughorn deduce de inmediato las intenciones de su viejo amigo y le dice que no está dispuesto a aceptar su oferta. Dumbledore simula estar de acuerdo y le solicita por lo menos beber una copa por los viejos tiempos. Durante la conversación, Slughorn explica que desde hace un año viene escapando de los Mortífagos, ocupando casas de muggles ausentes por las vacaciones. Sabe que Voldemort podría querer reclutarlo, y no está dispuesto a abandonar su neutralidad en esta nueva guerra. Dumbledore le ofrece una existencia más cómoda en Hogwarts, pero Slughorn se rehúsa. El director entonces le pide usar el baño antes de marcharse, dejando solos a Harry y Slughorn.

El ex profesor nota que los ojos de Harry son iguales a los de su madre, y empieza a recordarla, destacando su extraordinario talento para las pociones. Revela que solía ser jefe de la Casa de Slytherin, pero que eso no le impedía apreciar a los alumnos talentosos de otras Casas, como Lily y Sirius Black. Menciona su sorpresa al enterarse de que Lily Evans era hija de muggles, pues imaginaba que una bruja tan dotada debía ser de sangre pura. Harry señala que su mejor amiga es hija de muggles y es la mejor alumna de su curso. Sintiéndose acusado de discriminación, Slughorn niega vehementemente tener cualquier prejuicio hacia los hijos de muggles. Slughorn comienza a rememorar los nombres de sus alumnos favoritos que luego se convirtieron en magos y brujas de importancia, y nunca dejaron de expresarle su agradecimiento mediante regalos. Sin embargo, desde que pasó a la clandestinidad su contacto con ellos se ha interrumpido, y por primera vez Slughorn parece lamentar su situación. Slughorn manifiesta que el verdadero motivo por el cuál no está dispuesto a regresar a Hogwarts es que eso equivaldría a declarar públicamente su lealtad a la Orden del Fénix, pero Harry le dice que la mayoría de los profesores del colegio no son miembros de la Orden, y que mientras Dumbledore -el único mago a quien Voldemort teme- sea director, Hogwarts será el lugar más seguro del país. Slughorn admite que Harry podría tener razón, y cuando Dumbledore vuelve del baño le dice que ha cambiado de opinión y que está dispuesto a volver a enseñar. Dumbledore se despide de Slughorn hasta el 1º de septiembre y se marcha junto a Harry hacia la Madriguera.

Antes de llamar a la puerta de la casa de los padres de Ron, el director tiene una última charla en privado con Harry en el cobertizo donde los Weasley guardan sus escobas. Lo felicita por la forma en que está actuando tras la pérdida de Sirius, y Harry explica que si bien siente una enorme pena, no está dispuesto a aislarse del mundo ni derrumbarse, ya que él podría ser la próxima víctima de los Mortífagos. Pero de ser así, está dispuesto a llevarse consigo a la mayor cantidad de enemigos posible y, si se presenta la oportunidad, a Voldemort. Dumbledore alaba su resolución y luego pasa al tema de la profecía, aconsejando a Harry que le revele su contenido a Ron y a Hermione, pues ellos podrán ayudarlo a sobrellevar esa carga tan pesada. Por último, le anuncia a Harry que en el año escolar que está por comenzar, él le dará clases particulares. Antes de irse, le da dos consejos a Harry: que a partir de entonces lleve su capa para volverse invisible a todas partes, incluso en Hogwarts, y que no se arriesgue de ninguna manera durante su estadía en la Madriguera.

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Autor Cepion

Argentino, nacido en 1986.

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